martes, 6 de mayo de 2008

Crónica del 1º de mayo en Málaga

El sol bañaba los grandes y rectangulares edificios que configuran la ciudad de Málaga. El día de lxs trabajadorxs parecía no sospecharse en la urbe vendida al turismo insulso y muy rentable.
A las 12h en punto, un grupo de personas muy animado rompe la tranquilidad en la estación-centro comercial. Pelotas, malabares, risas y pancartas que reclamaban, con la palabra y el acto, el derecho a los espacios públicos y el acceso a servicios como la renta básica, la vivienda, la cultura libre, los papeles de residencia, etc.

Tras una media hora de espectáculo las consignas de “¡¡no llego a fin de mes!!”, de “¡¡papeles para todxs!!” y “lo llaman estación y no lo es”, salieron del recinto y se prepararon para dar comienzo a una marcha-manifestación. Ésta, inaugurada por un camión con música, finalizaba escoltada por la policía en todo momento. Ocupó un carril de la calzada y tomó rumbo a la plaza Marina, el punto de salida del acto del 1º de mayo (MAY DAY) convocado por CGT, la Coordinadora de Inmigrantes de Málaga, la red de Precarixs en movimiento, La Casa Invisible y la plataforma Málaga no se vende.

El MayDay es una apuesta por reinventar un 1 de Mayo acorde a la actual composición técnica y política de los trabajadores y las nuevas subjetividades que habitan nuestras metrópolis. Una versión del día de los trabajadorxs adaptado al marco postfordista actual que se celebra en ciudades europeas como Milán, Terrassa, Viena, Berlín, Madrid, etc.

Con herencias teóricas varias como el movimiento antiglobalización, el zapatismo o las luchas y movimientos de Francia e Italia en los 70, el discurso parte de un análisis global del capitalismo. Pone su punto de mira en la precarización creciente de la vida en Europa, en la dificultad de acceder a derechos que, tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada del Estado del Bienestar, fueron considerados básicos.

A diferencia de las circunstancias europeas de principios de siglo, en el que la clase obrera era la principal sufridora de la desigualdad y se rebelaba en contra del puesto físico de trabajo, hoy en día el sujeto precario que vive en condiciones de vulnerabilidad e incertidumbre es de carácter heterogéneo. Migrantes, jóvenes, trabajadorxs, estudiantes, viejos y otros perfiles que sucumben a la dificultad de sobrevivir en la sociedad actual. La movilidad, la inseguridad, los problemas económicos, el paro y otras muchas situaciones cada vez más cotidianas constituyen la vida del precarix.

El modelo sindical se desintegra porque el trabajo es flexible e intermitente, ya no permite establecerlo como foco de conflicto y de organización porque las relaciones que se dan en él son fugaces y cambiantes. El Estado del Bienestar cae poco a poco con el acoso del capital y ya no satisface derechos básicos.

Los movimientos afines al May Day proponen la reconstrucción del tejido social y de lucha, trabajando en todos los campos posibles en un sindicalismo aplicado a la vida en todas sus esferas. Apostar por combatir la precariedad en todos los ámbitos de la existencia, yendo más allá de la esfera laboral y creando un contrapoder efectivo con capacidad para hacer frente a este escenario en potencia.

Sin embargo, retomar el control de nuestras vidas bajo consignas modernas que aspiran a una reforma radical no apunta hacia las estructuras ni dinámicas que sostienen el sistema capitalista y la destrucción del medio ambiente.

La manifestación, con poco menos de 1000 asistentes y de carácter festivo, recorrió las calles centrales de la ciudad y se dio por terminada en un acto público donde se alternaron los discursos de sindicalistas y precarixs con un concierto final de rap.

El día 2 de mayo, la ciudad amaneció con manchas de pintura roja en la fachada del Centro de Internamiento de Inmigrantes (CIE), en la plaza de Capuchinos. El color rojo materializaba el rechazo al encarcelamiento de personas por el mero hecho de no tener papeles de residencia.

Por la tarde, tuvo lugar en el espacio de gestión ciudadana “La casa invisible” un debate donde los grupos organizadores de la manifestación, pusieron sobre la mesa el panorama actual de lucha en contra de la precariedad y formularon propuestas venideras. Por la noche, se celebró un elegante “cabaret precario” en la Casa invisible.

El día finalizó triunfante, a la espera de la siguiente jornada de acciones y piquetes por la ciudad que será narrada en otra crónica inminente.

¡MAY DAY! ¡MAY DAY!

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